lunes, 14 de julio de 2008

LITIASIS VESICULAR


Cirugìa para las piedras en la vesìcula biliar

Dr. Juan Bautista Orendain Orendain
Hospital Bernardette, S.A.
Cirugía General y Gastroenterología
Tel.: (52-33)3825-5630, 3827-1217, 3825-2460
Guadalajara, Jalisco. México.
jborendain@hotmail.com

La litiasis biliar o cálculos biliares se refieren a la presencia de piedras en la vesícula biliar, que es un órgano en forma de saco que se encuentra adyacente al hígado y se encarga de almacenar la bilis, que es un líquido amarillo-verdoso producido en el hígado. Cuando se hace una comida con grasas se libera bilis de la vesícula biliar hacia el intestino delgado y con ello se realiza la absorción y digestión de grasas.

Los cálculos biliares son pedazos de material sólido e insoluble en la bilis. Se forman a lo largo de meses o años con componentes de la bilis (colesterol y bilirrubina), existen cálculos pequeños como arena, llamado barro biliar o grandes como pelotas de golf; uno o varios pueden localizarse en la vesícula o en los conductos biliares.

La litiasis vesicular es la más común de las enfermedades digestivas, una de cada cinco mujeres mayores de 55 años de edad tienen cálculos biliares y uno de cada diez hombres mayores de 55 años de edad los presentan.
Por algunas circunstancias como pueden ser factores hereditarios (hispanos, sajones y caucásicos) y por factores adquiridos es posible que se formen piedras en la vesícula biliar.

Los factores adquiridos son obesidad, diabetes, ingesta abundante de grasas, bajo consumo de líquidos, ayunos prolongados, uso de anticonceptivos, embarazo e infecciones.

La bilis esta constituida por sales biliares, colesterol y calcio; cuando existe un desequilibrio en alguno de estos factores es cuando existe la formación de piedras en la vesícula biliar.

Los síntomas en el 80% de los casos están ausentes, en el resto, el síntoma más común es el dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen (cólico biliar) que empeora después de las comidas (2 a 3 horas después de haber comido), dura por lo común menos de 6 horas, cede espontáneamente o con medicamentos antiespasmódicos y no deja secuelas, en una tercera parte de los casos el dolor se irradia a la espalda, frecuentemente al hombro derecho; otros síntomas son gasas, indigestión y vómitos; en casos agudos y severos puede existir fiebre e ictericia (color amarillo de la piel), coluria (orina tipo refresco de cola) y defensa muscular que anuncian una complicación.

Los síntomas generalmente no pueden ser prevenidos, es importante reconocerlos tempranamente y visitar al médico en caso de presentarlos.

La litiasis vesicular demostrada después de un cólico biliar provoca repetición del cólico en un porcentaje del 40% dentro del primer año. El riesgo de desarrollar complicaciones puede ser de hasta el 3% anual y permanece constante. Sin embargo, en un 30% de los casos no volverá a repetirse el cuadro doloroso en cinco años.

Los estudios para su diagnostico pueden ser ecosonograma, colangio pancreatografía retrograda endoscopica (CPRE), tomografía axial computarizada, gamagrafía y colecistografía oral. Las complicaciones son inflamación aguda o crónica de la vesícula biliar, llamado colecistitis; infección de la vesícula biliar (piocolecisto), infección de los conductos biliares (colangitis) obstrucción del conducto biliar (colédoco), pancreatitis aguda, fístula bilioentérica y cáncer de la vesícula biliar que se asocia en más del 85% de las veces con colelitiasis. Sin embargo, el riesgo anual acumulado de padecer esta grave complicación es del 0.02% en sujetos con colelitiasis mayores de 60 años de edad.

Se ha convertido en el eje fundamental del tratamiento de la colélitiasis sintomática e la colecistectomía laparoscópica (CL). Los beneficios que esta vía de tratamiento suponen (mínima cicatrización, menos dolor y rápido retorno a la actividad) fueron entendidos rápidamente por el público, que ha sido, con sus requerimientos, posiblemente el mayor impulsor de su desarrollo. Los datos que se acumulan reiteradamente sobre los resultados señalan que la mortalidad quirúrgica se sitúa entre el 0 y el 0,07 %, y sus logros respecto a la extracción de la vesícula biliar son equiparables a la colecistectomía convencional. Además, acorta la estancia hospitalaria, evita complicaciones tempranas y tardías de las incisiones, tiene menos complicaciones generales, y las biliares son semejantes en ambas vías de tratamiento. Sin embargo, determinadas situaciones limitan su aplicabilidad, como cuando existe riesgo de hemorragia, como en los pacientes con coagulopatía conocida (hemofilia y sus variantes, trombocitopenias), en aquellos que tienen hipertensión portal, especialmente los cirróticos, no sólo por la frecuente coagulopatía acompañante, sino también por la existencia de venas de derivación que configuran una anatomía con mucho riesgo. Así mismo, el embarazo avanzado y las adherencias peritoneales por cirugía previa provocan, muchas veces, la imposibilidad de un abordaje seguro.

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